Jaime Guevara: Trovador de Contrabando

 

-“¡Bro! ¡No te imaginas quién está abajo de mi casa!
-¿Quién?
-¡El Jaime!
-!No te creo!
-Apura, cae…

Hablar de Silvio Rodríguez,  Mercedes Sosa, Victor Jara y Violeta Parra llena de regocijo a la música latinoamericana, pero sus causas y lucha diaria enorgullecen a la especie humana. Nosotros tenemos a Jaime Guevara: trovador y activista por los derechos humanos.

No es coincidencia que al entrar a su sala en un cuarto piso cerca de La Mariscal, me reciban los acordes de “Like a Rolling Stone” de Bob Dylan. 6 años atrás lo vi por primera vez: alto, flaco e imponente.  Él daba una tocada por los afectados del caso “10 de Luluncoto”, precisamente en la ex cárcel de mujeres de Quito, dos cuadras abajo de mi casa de toda la vida. Teníamos 16 años y lo vimos de lejos con mi mejor amigo:

     -“Mira su guitarra”
– MAQUINA MATA FASCISTAS, decía una calcomanía.

Seis años después con la misma mirada nos recibe en su hogar y mi yo adolescente lucha con mi comportamiento profesional para hacer bien mi trabajo. Su guitarra a un metro de mis manos parpadeaba sin cesar.

 

La Trova
En la década de los 70s y 80s la vida era más difícil pero placentera. “Íbamos al cine a ver los conciertos de estreno y anotábamos las letras que venían traducidas al español”, comenta Jaime. Todo buen rockero sabe que los festivales hippie marcaron la historia del género en los Estados Unidos, el más emblemático de todos: “Woodstock”. Ahí se juntaban Arlo Gutrie, Bob Dylan y Janis Joplin. Trovadores que sembraron raíces en Jaime. Anarquista por excelencia más de una vez le dio dolores de cabeza a sus profesores de secundaria. El “melenudo Jaime” terminó expulsado de su colegio. Ya comenzaba a sonar en Latinoamérica la música de Víctor Jara y de Silvio Rodríguez, letristas con causa social que inspiran un género nuevo en Latinoamérica.

Me pierdo entre los artilugios que esconde su pequeño departamento. Libros en donde se encuentran Kropotkin y Malatesta (teóricos anarquistas) junto con cancioneros de Jacques Brel (cantor consagrado de la Francia del siglo XX) y John Lennon.

A su mayoría de edad experimentó por primera vez con una guitarra de palo. Eran días difíciles para las ideas nuevas. En el gobierno de “Bombita” Lara, me cuenta, “decretaron cortarle el pelo a los melenudos”. No bastaba con que Jaime se suba una tarima con una guitarra acústica ante la sombra del rock pesado proveniente de imponentes guitarras eléctricas y que sea rechazado por el público y otros artistas. Sus jornadas en el estadio de la Universidad Central terminaban en eternas redadas. “Tú elegías de quién recibir los toletazos: los chapas de la Gasca o los de la Patria”. Eran los inicios de un hombre que guarda la memoria viviente de la historia social del Ecuador.

La Anarquía
Es preciso aclarar que la anarquía va más allá de una connotación con la rebeldía. Los orígenes del anarquismo tienen fundamentos epistemológicos y filosóficos. La primera aclaración es que anarquía no implica caos, el caos es el desorden total, la anarquía permite que los sujetos se organicen sin la necesidad de un ente o institución superior. El proyecto de Estado-Nación ha significado sumisión y homogeneización para su supervivencia.

La música permite comunicar multi sensorialmente ideas lingüísticas. En Ecuador los tiempos de la dictadura militar y los gobiernos posteriores como el de Febres Cordero hicieron que Jaime tome el canto y la anarquía como su razón de vida.

Por los Derechos Humanos: Caso Restrepo
No hay causa justa en la que Jaime Guevara no haya participado. “Yo soy Jaime Guevara y quiero ayudarles”, un joven cantautor se acercó a la Plaza de La Independencia. Pedro Restrepo llevaba varios meses en justa protesta por sus hijos desaparecidos, a partir de ahí la vida los llevó juntos entre vicisitudes y compañerismo. La Policía Nacional desapareció los cuerpos de Carlos Santiago y Pedro Andrés, y pese a que el aparato estatal estuvo en su contra no se rindieron. “Jaime es como un padre para mi”, asegura María Fernanda Restrepo. De pequeña lo miraba con los mismos ojos que yo años atrás, “el siempre alto, flaco y con gran presencia”. Los recursos eran escasos pero Jaime sabía cómo organizar eventos: desde conciertos hasta colectas. A veces las cosas salían mal, y su mal genio hacía temblar a todos.

Con guitarra en mano y un alto parlante continuaron por años la lucha. Pedro Restrepo aún recuerda las redadas policiales y las provocaciones de la Policía Nacional. Jaime era un hábil joven que sabía cómo escapar y enfrentarse, actitud que causó desacuerdos entre los protestantes.

En las calles
Solo se vive en las calles. El feriado bancario vivido desde los archivos para las nuevas generaciones, no se compara al testimonio vivo de la guitarra de Jaime. Las calles llenas de dolor e indignación se tornaron cada vez más sombrías.

Pinochet
Corría la voz de que el dictador Augusto Pinochet sería recibido en Ecuador. Jaime dio la voz de alerta a sus compañeros y en un hotel lo esperó a su salida. Salía toda la comitiva, y sus camaradas no llegaban pero la oportunidad era única. Lo vio y con indignación le gritó: “Te largas de mi país”. Su equipo de seguridad lo retuvo.

 

Jaime continúa en las calles luchando por la justicia y amor al arte.